Guyana, un país de América del Sur y antigua colonia de Inglaterra, ha encontrado en el petróleo la materia prima para situarse como el país con mayor crecimiento económico del mundo.
Hay un país diminuto que lleva registrando la mayor tasa de crecimiento del mundo en el aspecto económico durante el último lustro. Este país destaca muy por encima de los otros país con mayor impulso monetario en la actualidad. Este país, con el mayor crecimiento económico del mundo, es Guyana.
Este Estado, antigua colonia inglesa, se encuentra en América del Sur y colinda con Venezuela y Brasil. Esta zona de América del Sur se la conoce por sus yacimientos petrolíferos, que, por ejemplo, motivo que Venezuela fuese uno de los Estados con mayor renta per cápita del planeta en los últimos años de la década de 1990.
Aunque parezca un milagro, lo cierto es que es una realidad. Su PIB se ha triplicado en solo cuatro años. Excepto el año 2020, año en el que las cuencas petrolíferas se vieron realmente dañadas por el hecho de que gran parte de la sociedad mundial tenía restringido desplazamientos de grandes distancias, el precio del barril del petróleo se ha situado en los 70 dólares de media. Incluso, en algunos períodos de tiempo, como en los primeros meses de la guerra entre Rusia y Ucrania en los cuales aumentó el precio del gas, el barril de petróleo llegó a superar los 100 dólares.
La intrahistoria de este país es relativamente curiosa. Tras muchos años de pobreza, en el año 2015, el gigante petrolero Exxon Mobil averiguó 11.000 millones de barriles de petróleo, un hallazgo que parece haber cambiado el rumbo económico del país en menos de una década.
El petróleo, de la extrema pobreza al milagro de la riqueza
El petróleo ha permutado la situación del país desde el estrato social más bajo hasta al propio Gobierno. Las fuentes petrolíferas en Guyana genera al Gobierno de este pequeño territorio 1.000 millones de dólares anuales. De hecho, es tal el crecimiento económico que se prevé en este país en los próximos años que incluso se estima que para el año 2040, Guyana tenga unos ingresos de exportación petrolífera de 7.500 millones de dólares, lo que le situará con el país con mayor renta per cápita del mundo.
En la actualidad, Guyana exporta casi 400.000 barriles, una cantidad incesante si tenemos en cuenta que en este país viven apenas poco más de 800.000 personas. Es decir, es como si solo la ciudad de Valencia, con 791.413 habitantes, exportasen casi un millón de barriles petrolíferos al día.
El FMI, en alusión al aumento de las obras públicas que el país tiene previsto en transporte, vivienda e infraestructuras públicas, destaca en un informe: «Después de un fuerte 2022, en la primera mitad de 2023, el PIB real no petrolero incrementó un 12,3%. Mientras tanto, la inflación se situó en en 7,2% a finales de 2022, en línea con la de otros países de la región, y cayó al 0,3% interanual en agosto de 2023. La cuenta corriente externa registrará un gran superávit en 2022, del 23,8% del PIB, y se espera a otro gran superávit en 2023. Los bancos están bien capitalizados y son líquidos».
Guyana, una gestión de Estado admirable
Tras la gran cantidad de dinero que está llegando importada a Guyana a razón de la venta de los miles y miles de barriles petrolíferos que albergan en su territorio, el Gobierno, como citaba este artículo anteriormente, ha decidido transformar parte de esos ingresos económicos en infraestructuras públicas, entre ellas, 12 hospitales, dos carreteras que unen toda la extensión geográfica del país, su primer puerto de aguas profundas y una gran planta de energía de gas, que duplicará la producción energética, por lo que la factura eléctrica de todos sus ciudadanos se verá reducida a la mitad.
Otra de las estrategias financieras inteligentes que ha elegido este país de América del Sur ha sido que el propio Gobierno ha controlado un fondo soberano, en el que la ciudadanía puede supervisar todas las transacciones económicas que realicen sus dirigentes políticos. Esta fórmula financiera ha sido adoptada del ‘Ejemplo Noruego’, el único país con explotaciones petrolíferas que se ha garantizado un superávit equivalente a 200.000 millones de euros. Para que la idea sea más clarividente, esa cantidad equivaldría a un refuerzo económico vital para el Gobierno español en lo que calificamos como la ‘hucha de las pensiones’.