El azúcar, tan común en los hogares, se ha encarecido bastante en el último año y ya es un tema de preocupación en la industria alimentaria.
¿Qué está pasando con el azúcar? Es la pregunta que se hacen no sólo en los hogares españoles, sino que la preocupación existe también en los mercados de varios países del mundo. Es que este ingrediente básico, tan común en las familias, tan usado en el día a día, se ha encarecido bastante en el último año. Y no hay señales tan positivas en el futuro…
Para una mejor explicación y un mejor entendimiento, pasemos a los números otorgados por la FAO, el organismo de la ONU encargado de las cosechas agrarias y de los alimentos. Si vemos los mercados internacionales, el azúcar se ha encarecido un 48,3%, alcanzando los 162,7 puntos, algo que no sucedía desde noviembre de 2010. Si nos centramos en España, desde septiembre de 2022, el precio subió un 40,5%, transformándose así en un nuevo factor de inflación, como sucede también con el aceite de oliva.
¿Por qué sube el azúcar?
Con los precios sobre la mesa y la preocupación a la vista, se debe entender el motivo de un encarecimiento que es global y no sólo a nivel local, como puede pensar algún consumidor español. El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO advierte que el problema se encuentra, por un lado, en las malas cosechas que hubo en países productores como Tailandia y la India, que soportaron el fenómeno de El Niño.
¿Qué es El Niño? Es un ciclo meteorológico que se repite en el mundo con una frecuencia variable de entre dos y siete años. En 2023, se dio por iniciado en junio. Básicamente produce más lluvias en América y, en contrapartida, hace el que sur de Asia y Australia estén más secos o sufran una sequía contraproducente.
Por otra parte, la FAO señala también el aumento de costes de producción que apareció con el alza de precios del petróleo. Todo suma, por supuesto. Y el combo puede resultar demoledor para la economía porque el azúcar, claro está, no se usa sólo para endulzar un café, sino que interviene en conservas, productos lácteos, bollería, galletas y bebidas.
Es decir, si sube el azúcar, subirán también las bebidas azucaradas, la repostería, las salsas de tomate, los yogures o los cereales para el desayuno, entre otros productos. La diferencia, con lupa, puede verse más grande.