La OCDE ha dejado unas malas noticias para la economía española al considerar que vivirá un estancamiento durante décadas.
Los máximos organismos económicos del planeta auguran un futuro nada alentador para el futuro mundial. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) consideran que la expansión económica de los estados en los próximos años será muy ligera. En el caso de España, el vaticinio es aún peor.
La OCDE avista nubes negras en la economía mundial. La organización cree que las economías del G-20 se ralentizarán en los próximos años, creciendo alrededor del 1,7% hasta 2060. Un frenazo que se verá acentuado por los compromisos adquiridos por los estados en materia climática, lo que obligará a hacer un esfuerzo para recortar emisiones, lo que a su vez repercutirá en el PIB de los países. En ese sentido se expresa la OCDE en su documento ‘Escenarios a largo plazo‘, donde analiza las tendencias de la economía global. En dicho informe, la organización resume las perspectivas económicas a nivel mundial. Por un lado, entiende que China será la mayor economía de aquí a 2060, de la misma forma que la India superará a la zona euro a comienzos de la próxima década y a los Estados Unidos a mitad de los 2040.
El motivo de las malas noticias que vaticina la OCDE sobre la economía española
Las previsiones de la OCDE para España consideran que su PIB per cápita se estancará respecto a sus socios comunitarios. De igual manera, el organismo económico considera que mantener el actual estatus y las prestaciones sociales implicará un aumento de la presión fiscal, alrededor de 6,2% entre 2040 y 2060.
A todo ello se une el coste de la transición energética. En total, la OCDE estima que ascenderá por encima del 3,5% del PIB de los países que forman la propia organización, aunque en las economías emergentes que vayan a cumplir con dicha transición, su impacto será mayor, al depender más de los combustibles fósiles. En el caso de España, lo estiman alrededor del 2,13% del PIB, una cifra similar a la de otros países de la UE como Francia o Alemania.
Por último, dentro de la UE, el documento de la OCDE augura que los países miembros de la zona oriental se sitúen a la par, o incluso por encima en algún caso, de los miembros occidentales.