El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, está inmerso en una polémica de gran calado en el PSOE por el caso Koldo y la ley de amnistía
Pocos tienen la presión de Pedro Sánchez en estos momentos. Desde las pasadas elecciones generales está en el ojo del huracán. Muchos pensaban que el PSOE iba a sufrir un duro varapalo en los resultados electorales, pero no fue así. De hecho, sumaron más votos y más escaños que en los anteriores comicios electorales. Quedaron por detrás del Partido Popular, pero estos no gozaban de los apoyos necesarios para poder gobernar en el Congreso de los Diputados.
Justo después de comprobar que Feijóo no tenía posibilidad de gobernar salvo abstención del PSOE, Pedro Sánchez se puso manos a la obra. Su investidura iba a depender de forma directa de los independentistas, que aguardaban esperando su momento. Estos le reclamaron la famosa ley de amnistía para poder seguir cuatro años en la Moncloa. Pese a unas primeras reticencias, finalmente aceptó y se puso a negociar los términos de esta de la mejor forma posible para sus intereses. Junts y ERC estaban dispuestos a aceptar algunos términos, pero no todos. Hace pocas semanas Junts rechazó esta ley al no incluir el delito de terrorismo que protegería a Carles Puigdemont.
Ni el caso Koldo ni la ley de amnistía preocupan a Pedro Sánchez
En mitad de las negociaciones por la ley de amnistía, el caso Koldo saltó a todos los medios de comunicación. José Luis Ábalos y Francina Armengol parecían enturbiar la calma de Pedro Sánchez, pero no ha sido así. El presidente dejará atrás al PSOE de forma momentánea para marcharse a Sudamérica para charlar con otros políticos de la región sobre la colaboración entre ambos países. Lo hace en el peor momento posible y te vamos a contar por qué.
Pedro Sánchez se marchará a Brasil y a Chile cuando más lo necesita el PSOE. Será María Jesús Montero la que dé la cara por todos sus colegas del partido ante las preguntas de la oposición y de los medios de comunicación. En los próximos días se tendrá que confirmar que la ley de amnistía sale adelante gracias al apoyo in extremis de Junts. Además, el caso Koldo seguirá siendo noticia allá por dónde esté el presidente del Gobierno de España, pero él no estará cerca de España para sentir el caos en torno a su formación política. No quieren, por otra parte, destituir a Francina Armengol de su cargo en la presidencia del Congreso puestos que no tendrían apoyos necesarios para ocuparlo con otra persona cercana a sus intereses.
En definitiva, mientras que Pedro Sánchez estrecha su relación con los gobiernos de Brasil y Chile, el PSOE tendrá que afrontar horas decisivas para el devenir de la legislatura. María Jesús Montero dará la cara por su presidente y por todos los integrantes del Partido Socialista en los próximos días.