El gigante automovilístico ha mostrado su decepción y ha pedido al Gobierno garantías que permitan mantener sus fábricas en España.
El gigante automovilístico Stellantis, del que forman parte Opel, Peugeot, Fiat o Citroën, entre otros, ha mostrado su decepción con los fondos europeos que les han adjudicado a la vez que ha urgido al Gobierno español a trazar un plan que garantice el futuro de sus plantas en el país.
Pedro Sánchez tiene un importante reto por delante una vez que parece haber amarrado su investidura. Su nuevo Gobierno deberá asegurar la continuidad en España del primer fabricante de automóviles del país. Tras la decepción mostrada por los jefes del grupo Stellantis por el reparto de los fondos europeos realizado por el Ministerio de Industria ahora le toca al ejecutivo español mover ficha que garantice la continuidad de las inversiones de gigante, que la propia empresa ha cifrado en 4.000 millones de euros, de los cuales, unos 3.000 irían para su factoría de baterías.
Precisamente, la implantación de una gigafactoría de producción de baterías en la península ibérica es un de los elementos de presión de la empresa de producción de coches, dado que aún no está claro si se ubicará en España o lo hará en Portugal. Una situación que sirve para presionar a los gobiernos de ambos países, pero en especial del de España donde la compañía ya posee varias fábricas y, a priori, le sería más sencillo implantar otra más.
Casi el 40% de los coches fabricados en España son suyos
La necesidad de que el Gobierno de España encuentre una salida que garantice la continuidad del fabricante en el país se explica en la importancia del grupo Stellantis para el país. No en vano es el mayor fabricante de vehículos en España, con tres plantas en Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y en Madrid. Tres factorías que produjeron más de 852.000 vehículos el año pasado, lo que supone el 38,2% del total.
Desde la empresa esperan que el gobierno español esté a la altura y les proponga un plan y unas garantías que permitan a la empresa seguir en el país. Cabe recordar que el grupo Volkswagen amenazó con llevarse su producción a otro lugar si España no apoyaba decididamente su continuidad, extremo al que Stellantis aún no ha llegado, pero sí que ha mostrado abiertamente su decepción con los fondos recibidos y las perspectivas de futuro.