Cuando los meses de invierno se aproximan, toca hacer malabares con la factura de gas. Nosotros te damos algunos consejos para ahorrar en tu calefacción sin pasar frío.
La época estival se acabó hace varias semanas, y aunque durante estos días nos sigue acompañando el calor, es cuestión de tiempo que cambiemos la manga corta por el jersey de lana y el aire acondicionado por la calefacción. Y es que cuando creíamos que podríamos darle un respiro a nuestra cuenta bancaria, disminuyendo la factura de luz, llega el gas con sus precios disparados.
Durante el invierno, el gas juega un papel fundamental a la hora de calentar nuestro hogar y ayudarnos a pasar menos frío. Sin embargo, esta ayuda trae consigo un incremento notable en las facturas. Por eso, te traemos algunos consejos muy sencillos para ahorrar en tu factura de gas y aumentar la eficiencia energética de tu hogar. En algunos casos, es cuestión de modificar algunos hábitos para conseguir que la vivienda permanezca más caliente.
Cincos sencillos consejos para ahorrar en tu factura de gas
En líneas generales, se trata de conservar una temperatura de calor adecuada durante todo el día. También revisar el aislamiento de la casa y cerrar los radiadores de las habitaciones que no utilicemos. Pero sobre todo no podemos olvidarnos de revisar la tarifa de gas que tenemos contratada, escoger una caldera de compensación y hacer inspecciones periódicas.
Aísla bien la casa y séllala contra el frío. Un buen aislamiento de tu casa puede ayudarte a mantenerla caliente durante el invierno, reduciendo tus facturas a la mitad. Comprueba los cierres y marcos de puertas y ventanas y sella con silicona aislante cualquier hueco o grieta que pueda estar dejando salir el calor y entrar el frío.
Otra forma de contener el calor es cerrando las puertas de las habitaciones que no uses, o en las que estés menos tiempo. Por ejemplo, el baño, la cocina o los pasillos. Esto evita que el sistema de calefacción trabaje demasiado para calentar un área más grande.
Reajusta el termostato. Ajustar los termostatos del calentador de agua y de la calefacción central podría ahorrarte un buen dinero en tu factura del gas. Bajando ambos termostatos un par de grados, los sistemas de calefacción no necesitarán tanto gas para alcanzar el nuevo ajuste y no notarás una gran diferencia en la temperatura del agua.
Según las recomendaciones la IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), la temperatura ideal de cualquier hogar debería estar entre los 19 y 23 grados. Si hacemos la media de estos datos, podemos concluir que la temperatura perfecta para la época de frío es 21 °C.
También puedes optar por instalar un termostato programable, si quieres evitar cambiarlo manualmente. De esta forma, podrías establecer un horario para la calefacción de manera que no consuma gas cuando estés fuera de casa o en las horas a las que sepas que no necesitarás utilizarlo. Es una buena forma de ahorrarte dinero en gas a largo plazo.
Ventila solo diez minutos. Ya sabemos que es necesario ventilar las habitaciones de nuestra casa para evitar los malos olores. Pero tampoco es necesario hacerlo durante demasiado tiempo, especialmente en los meses de baja temperatura. Con diez minutos resultará suficiente. Preferiblemente a mediodía, durante las horas del día menos frías.
Purga los radiadores. Después de un tiempo sin usarse, por lo general se acaban llenando de aire. Una vez que se enciende la calefacción se crean bolsas de aire que provoca que el calor no se distribuya por todas las partes del radiador, de ahí que existan algunas zonas que incluso estén prácticamente frías. Para ello, basta con purgar los radiadores para que salga todo el agua acumulada, debes hacerlo mientras la caldera esté encendida. x
Por último, abrígate más para encender la calefacción menos rato. Muchas veces ponemos la calefacción alta para poder ir ligeros de ropa por casa. Pero se trata de ir cómodos, sin necesidad de poner a gran temperatura los radiadores. Prueba a usar ropa calentita (manga larga, bata de estar por casa o zapatillas de invierno) y a poner más mantas en el sofá y en las camas, así evitarás encender tu calefacción cuando no sea completamente necesario.