La factura de gas es uno de los compromisos más molestos cuando llega el fin de mes: te enseñamos cómo ahorrar más
Seamos francos. A nadie le gusta tener que pagar el alquiler ni ninguno de los elementos que suelen venir aparejados con él. El fin de mes suele ser una época difícil en la que nuestro flamante y recién adquirido sueldo es sometido a un par de sacudidas antes de que podamos decidir en qué invertirlo. Uno de esos zarandeos lo constituyen los pagos del hogar, especialmente el agua, la luz y sí, también el gas.
En la última temporada no han sido pocas las noticias que han desfilado sobre la factura de la luz y la subida de sus precios que han llegado a alcanzar límites astronómicos. Sin embargo, el elevado precio de la luz no debe provocar que descuidemos el gas, igualmente importante en la convivencia y en el mantenimiento de nuestra casa.
Puede ser que últimamente a nuestras manos haya llegado una factura de gas que nos haya hecho dilatar las pupilas de pura estupefacción. Esto puede deberse a un cambio estacional, pues el precio del gas varía en función de si nos encontramos en invierno o en verano. Otro de los motivos más habituales puede ser una mudanza. Tal vez en el nuevo edificio en el que te has instalado no cuentan con un aislamiento térmico eficiente y, en consecuencia, la factura es más cara. Finalmente, la solución más sencilla puede pasar simplemente porque inviertas más tiempo dentro de casa y, por tanto, el gas permanezca encendida más de la cuenta. En cualquier caso, no todo está perdido. Existen una serie de trucos para hacer que la próxima factura no ponga en riesgo la integridad de tu bolsillo. Te desgranamos los mejores consejos para reducirla.
Los consejos para ahorrar en tu factura de gas
El primero y más evidente consiste en encender menos la calefacción. A cambio, podremos emplear prendas de abrigo dentro de casa como chaquetas o forros polares para no pescar ningún resfriado en el proceso. Nuestra cartera nos lo agradecerá. Además, conviene aislar bien la casa contra el frío exterior mediante el sellado con silicona de las grietas por las que pueda filtrarse el aire.
Finalmente, por mucho que te duela, deberías abandonar las largas sesiones de aseo en la bañera y cambiarlas por una ducha. De esta manera se gastan muchos menos litros de agua y, en consecuencia, la factura del gas será mucho más halagüeña a final de mes.
