Bruselas decidió que el hidroducto Barcelona-Marsella se convierta en un proyecto prioritario para brindarle financiación.
Los gobiernos de España y Francia sonríen al enterarse las noticias que llegan desde Bruselas. La Comisión Europea quiere darle prioridad a la financiación del hidroducto Barcelona-Marsella, proyecto que terminará uniendo la Península Ibérica con el territorio francés, a través de una conexión submarina. Y quiere, además, avanzar con la tramitación de permisos para cerrar y concretar rápido esta obra.
Los países afectados creen que es una posibilidad que no se puede dejar pasar por alto. Cada dos años (desde 2013), en Bruselas se arma una lista de Proyectos de Interés Común (PCI). Son, básicamente, proyectos de infraestructura transfronteriza. ¿Qué significa ser parte de esta famosa y demandada lista? Los países, si aparecen en estas deseadas hojas, tendrán prioridad para solicitar fondos, avanzar con una planificación, acelerar la concesión de permisos, conseguir mejores condiciones regulatorias y menores costes administrativos.
Un proyecto, una polémica
Ante el conocimiento y el avance del hidroducto entre España y Francia, no fueron pocas las organizaciones ambientales que encendieron la alarma para frenar este proyecto hasta que se tenga mayor información sobre su “viabilidad técnica y económica” y sobre sus “repercusiones graves sobre el clima”, según se detalló en una carta que fue enviada por las mismas organizaciones ambientales a la reunión que se llevó a cabo en Bruselas entre representantes de la Comisión Europea y de los Gobiernos de los Veintisiete.
“Corre el riesgo de no ser necesario en el futuro por estar sobredimensionado y no responder a las necesidades de la transición energética… Aunque el H2Med se presenta como una de las principales soluciones para acelerar la descarbonización de la Unión Europea, existe mucha preocupación sobre su utilidad y necesidad real”, se puede leer en la misiva firmada por Greenpeace y Ecologistas en Acción, entre otros grupos ambientalistas, criticando así la inclusión del plan hispano-francés en la lista de Proyectos de Interés Común.
Una particularidad: en ediciones anteriores (2013, 2015 y 2017), la Comisión Europea había incluido el gasoducto nonato llamado Midcat, que buscaba unir España y Francia a través de los Pirineos. En 2019, el proyecto ya no aparecía. ¿Por qué? Nadie dio muchas explicaciones. El dato llamó bastante la atención. ¿Qué pasará ahora?