La autopublicación es uno de los recursos más empleados por los aspirantes a escritores: te contamos su secreto mejor guardado
Un escritor es, hoy en día, una rara avis, un ser extraño que consagra sus ratos libres al noble arte de empuñar una pluma y dejarla volar sobre un papel hasta que las ideas se materialicen ante sus ojos. Normalmente estas ideas tardan meses e incluso años en trasladarse al folio en blanco y dedicarse a la literatura es uno de los caminos más tortuosos del mundo, sobre todo porque muchas veces es un callejón sin salida solo reservado a los noveles más exitosos.
En estas circunstancias, si eres escritor, has terminado tu libro y no sabes muy bien cómo proceder, probablemente habrás escuchado que tienes dos vías distintas. La primera se basa en el método tradicional, consistente en contactar con una editorial para que adquiera tu manuscrita, lo maquete, lo corrija y lo difunda por las librerías de tu zona. También puede contratarse, en su defecto, un agente literario. Una suerte de intermediario que entabla conversaciones con una determinada editorial y busca la más conveniente a la que pueda adecuarse tu texto, ya sea por género, extensión, calidad, experiencia del autor u otros factores.
Sin embargo, en los últimos años ha surgido una nueva alternativa que se basa en la autopublicación. Gracias a esta técnica, el escritor en cuestión puede publicar sus libros a placer ajustando simplemente un par de parámetros y siguiendo a rajatabla los requisitos que le sean marcados. El medio más conocido para hacer esto es Amazon. También existen editoriales especializadas en la autopublicación como Libros.com. Para hacerlo basta con que presentes tu manuscrito a una de estas editoriales, pero no es lo único. También debes diseñar una cubierta y que esperes a tener el libro en tu casa, o más bien una remesa de ellos.
El principal inconveniente de la autopublicación reside en el ingente esfuerzo que debe hacer el autor una vez el libro se encuentre en sus manos. La autopublicación no está sometida a un proceso de corrección ni maquetación por lo que el manuscrito no sufrirá cambios desde su envío.
Finalmente, autopublicar también implica renunciar a los procesos de distribución del libro. Así como de las campañas de difusión del producto en redes sociales que, evidentemente, tendrán mucho más peso si las realiza una editorial.
Una web propia es un medio muy socorrido para promocionar nuestros proyectos: emplea este recurso…
La noche está repleta de empleos poco deseables, pero también hay algún trabajo en el…
Carles Puigdemont es uno de los grandes protagonistas antes de las elecciones catalanas: ¿sabes cuál…
Si eres peatón también pueden sufrir las terribles consecuencias de las multas: estas son las…
La IA ha trascendido al plano creativo y artístico: esta es la mejor para crear…
La prensa escrita es un mercado que siempre ha estado en auge sin importar las…