La carrera de Ingeniería es probablemente una de las más duras. Te explicamos qué pasos debes dar para prosperar en el futuro
Puede que el lector se haya visto en la siguiente situación. Acaba de terminar la carrera de Ingeniería. De hecho, ahora evoca con profunda nostalgia ese primer año en el que traspuso el umbral del campus con el corazón lleno de ilusión y de fantasías. Acababa de terminar el Bachillerato en la modalidad de ciencias con muy buenas notas y un examen de Selectividad con notas muy sólidas en lo tocante al ámbito de las cifras.
Se sentía muy preparado para afrontar todo lo que se le pusiera por delante. Y de hecho, había escogido esa rama de estudios porque siempre había encontrado cierto atractivo a la idea de poner una serie de recursos a funcionar, trabajar con ellos, manipularlos, hacerlos coincidir, experimentar…con el único propósito de transformar un pequeño aspecto de la sociedad, aunque este fuese nimio, aunque apenas tuviera repercusión. Pero que ese descubrimiento, esa pequeña contribución a que la vida de la humanidad fuera una pulgada más fácil, llevara su rúbrica, su nombre estampado.
Ahora, después de más de cinco años luchando contra folios en blanco y tras soportar horas y horas de insoportable burocracia, por fin la tenía. Tenía ese título tan codiciado que por fin le acreditaba para ejercer aquello para o que con tanto denuedo había peleado. Ya nada podía interponerse en su camino. Excepto, claro está, dos razones muy concretas.
La solución si has acabado Ingeniería
La primera de ellas, la desidia. Después de haber aprobado bastantes asignaturas en segunda matrícula y de varios pares de convocatorias extraordinarias a las espaldas, es evidente que la motivación ya no es la misma y matricularse en un máster podría llegar a minar todavía más los ánimos ya de por sí exhaustos.
La solución a este problema no es otra que buscar trabajo. Y en el sector de la ingeniería esto no es ni de lejos tan difícil como parece. Al fin y al cabo, la labor de los ingenieros no puede ser desempeñada por cualquiera, sino que su conocimiento es muy especializado y compartimentado.
Por tanto, no son pocas las empresas que contratan los servicios de los recién graduados y son igualmente frecuentes las empresas que deciden extender un contrato fijo a los que hasta entonces trabajaron a bordo como becarios o estudiantes en prácticas.