Extralimitarse y saltarse la obligación de pagar una multa de tráfico es una infracción grave. Te contamos lo que puede ocurrirte
Seguro que al lector le ha pasado más de una vez. Se encuentra conduciendo en plena noche, atraviesa un semáforo a toda velocidad. Antes de que el vehículo lo trasponga este se pone en ámbar fijo justo cuando el morro del coche ya sobresale por el otro lado. Al paso, al límite. Te secas el sudor de la frente y te pasas el resto del trayecto pensando si será suficiente, si la Administración de turno lo considerará una infracción lo bastante grave como para pedirte dinero a cambio.
Esperas pacientemente la llegada, comprobando el buzón tantas veces que ya te sabes de memoria la llave que encaja en la cerradura. Y no parece llegar. Incluso haces una rápida consulta por Internet para observar la horquilla exacta de tiempo, el período en el que tu bolsillo aún peligra. Y, finalmente, después de algunas semanas de espera ahí está, relegado a una esquina del compartimento, el temido e infame sobre, ese documento que implica que vas a tener que tirar por tierra una suma de dinero que te ha costado ganar y que, debido a una pequeña imprudencia ya no irá destinado a tus arcas personales.
Las consecuencias si no pagas una multa de tráfico
En tales circunstancias es muy probable que te preguntes lo siguiente: ¿qué pasa si haces oídos sordos? O, mejor dicho, ¿qué sucede si decides no pagar? Al fin y al cabo, cuando de dinero se trata, todos nos convertimos en los más fieles tesoreros, a todos se nos despierta ese instinto primario de codicia que nos obliga a comportarnos con aquella criatura de El señor de los anillos. Antes de dar dinero, preferimos un baño de agua hirviendo. Estas son las consecuencias que puede tener la decisión.
Porque, evidentemente, la Administración y las autoridades de tráfico pertinentes no van a quedarse de brazos cruzados mientras tú sales impune. De hecho, en estos casos, podrán acordar entre las dos cuál es el castigo más propicio a tu situación. Y ya adelantamos que pasa por el embargo de bienes.
Lo primero es el dinero en efectivo del que dispongas, después se pasarían a los créditos que hayas recibido. Si aun así te resistes, también pueden intervenir sobre los bienes inmuebles, es decir, tu casa, que, aunque disponga de una hipoteca pagada, podría volver a ser propiedad del banco de rigor.