Los testamentos son un mecanismo crucial para la distribución de bienes y propiedades: se puede invalidar por estas razones
Seguramente habrás presenciado o te habrás enterado de fuertes discusiones o peleas por ver quién se queda una herencia significativa. En un mundo donde cada vez parece ser más importante el dinero, algunas familias recurren a cualquier recurso (valga la redundancia) con tal de tener una mayor parte del pastel.
Por eso, los testamentos, tanto en España como en el resto del planeta, suelen ser una práctica recurrente para desgranar cualquier herencia. Son los escritos que realiza la persona causante para dejar bien claro cómo debe hacerse la distribución de los bienes y las propiedades. Así se evitan numerosos posibles conflictos y, de algún modo, se gana también tiempo.
Ahora bien: como casi todo en la vida (y en la muerte), la precisión no es del ciento por ciento, debido a que hay razones para poder invalidar también ese famoso testamento. ¿Quieres saber cómo se pude impugnar? Aquí te detallamos algunos motivos…
¿Por qué se podría impugnar? Las razones para invalidar testamentos
La persona que redacta el testamento suele ser alguien que tiene varios bienes y varias propiedades para repartir y quiere dejar por escrito cuál es su deseo. Los familiares o herederos suelen acatar la decisión de la persona causante, aunque, en ciertas ocasiones, buscan también impugnar ese testamento. ¿Pueden hacerlo? A veces, sí. Estos son los motivos por lo que podrían invalidar el famoso papel…
Incapacidad mental del testador. Los familiares o posibles herederos, a través de documentos médicos o psicológicos, podrían argumentar que el testador no tenía la capacidad mental para comprender y poder razonar de una buena manera, o ya no contaba con la habilidad de tomar decisiones coherentes.
Fraude o engaño. Este es un punto que suele repetirse más de lo pensado. Es un punto en el que entran las falsificaciones de firmas y también la manipulación de los pedidos del testador. El problema, en muchos de estos casos, es comprobar las prácticas fraudulentas que se llevaron a cabo.
Coacción o influencia indebida. Este punto es similar al anterior. Se debe comprobar que el testador ha sido manipulado o presionado con amenazas o abusos para quitarle la libertad de decisión.
Defectos formales y requisitos legales. Existen algunos errores (somos humanos, claro está) que servirían para la impugnación del testamento. Ejemplos: la ausencia de alguna firma, la falta de testigos o la autenticidad de la fecha suelen ser los más comunes.