Una de las muchas dudas que se tienen a la hora de comprar una vivienda es qué tipo de hipotecas existen: estas son las diferencias
Al financiar una vivienda, hay dos opciones clave que los compradores de propiedades inmobiliarias tiene que considerar: hipotecas a tipo fijo y a tipo variable. Según palabras de los expertos, la diferencia radica en las tasas estables. En función de estas tasas podría interesarte más una hipoteca u otra. Las de tipo mixto, que también existe, no son nada sencillas de adquirir.
Las hipotecas de tipo fijo son aquellas en que la tasa de interés no varía a lo largo de la duración del préstamo. En el mismo momento de la firma, se fija un tipo que se mantendrá durante toda la duración del contrato hipotecario. Esto supone un punto de referencia para el prestatario, manteniendo fijos los pagos mensuales a lo largo de la duración del préstamo, y por lo tanto planificar en el largo plazo es más sencillo. Aunque las tasas fijas suelen ser más altas que las tasas variables al principio pueden ser muy beneficiosas en momentos de inestabilidad económica ya que nunca fluctuará por encima o por abajo.
Las principales diferencias entre estas hipotecas
Por otra parte, las hipotecas de plazo variable tienen tasas de interés que pueden variar. Por lo general están vinculadas a un índice financiero, como la tasa preferencial o el ibex-35. Las tasas variables suelen ser más bajas que las tasas fijas al principio, lo que puede ser beneficioso para los prestatarios en un entorno de tasas bajas para interés. Pero existe el peligro de que las tasas puedan subir y con ellas los pagos mensuales.
Dependiendo del nivel de riesgo que sean capaces de soportar los prestatarios, y también de las condiciones del mercado, la elección de una hipoteca a tipo fijo o variable varía. Aquellos que buscan la estabilidad y prefieren pagos mensuales constantes por todos los medios, pueden optar por una hipoteca de tipo fijo.
Mientras que aquéllos que deseen correr cierto riesgo a cambio de tasas iniciales más bajas, escogerán una hipoteca a tipo variable. En último término, la decisión debe basarse en la situación financiera y las expectativas sobre tipos de interés a lo largo del tiempo.
