Chat GPT ha revolucionado el trabajo de muchas personas. Te contamos cuál es la forma correcta de dirigirte a la inteligencia artificial
Es indudable, a estas alturas, que Chat GPT ha irrumpido en nuestra vida cotidiana por la puerta delantera, como uno de esos pistoleros forasteros que entra en en el salón de turno propinándole una patada a las puertas batientes y dejando que los goznes de estas chirríen a sus espaldas mientras pasean la mirada por el interior del local en busca del próximo paso en falso, de la siguiente víctima a la que dirigir su cañón de plata.
Pues bien, lo queramos o no, muchos de nosotros hemos caído víctimas del nuevo yugo de Chat GPT. Una herramienta que ha supuesto una bendición para los estudiantes a la que han encomendado la redacción de ensayos, fichas de libros obligatorios de la escuela e incluso historias divertidas en los que la inteligencia artificial incluye el nombre del usuario junto a los de su familia.
Ya sea por ocio o por motivos profesionales, todos hemos encontrado la utilidad a Chat GPT. Atrás quedan otros robots como Cleverbot o Simsimi, mucho más pensados para el entretenimiento y matar el aburrimiento que para una aplicación práctica de mayor calado. El éxito de esta nueva IA radica precisamente en su capacidad de procesar información, comprenderla correctamente y aportar una solución factible en base a los patrones memorizados. En otras palabras, Chat GPT funciona de forma muy similar a como lo hace un cerebro humano.
Pensémoslo detenidamente. ¿Cómo, de cualquier otra manera, Chat GPT sería capaz de relacionar una pregunta con aquella que le hemos formulado hace unos días? Se basa en su capacidad de retención , procesamiento y análisis, de forma parecida a los procesos que tienen lugar en nuestro cerebro. Sin embargo, como todo cerebro, también tiene determinados sesgos que pueden determinar el volumen de información que recibamos de vuelta.
Las buenas maneras
Estos sesgos propios del cerebro humando hacen que Chat GPT reaccione mejor. Esto genera que aporte un volumen de información mayor si lo abordamos con cortesía y amabilidad. Por ello, si terminamos nuestras peticiones con un «por favor» y damos las gracias después de recibir la respuesta, la cantidad de datos que nos ofrezca puede llegar a ser sensiblemente mayor.
De hecho, para obtener más información también podemos recurrir al incentivo financiero. Y es que si ofrecemos propina a la IA a cambio de una respuesta sólida, no dudará en proporcionárnosla sin dilación. El dinero mueve montañas y, desde 2024, también IAs.
