Instituciones de la Unión Europea están preocupadas por el avance de la Inteligencia Artificial y ya discuten cómo regular este crecimiento.
El avance de la tecnología a nivel mundial se produce cada vez más rápido, sin dar tiempo a las nuevas reglamentaciones, y a los debates económicos y sociales que merecen la pena existir antes de tomar alguna medida. El mundo tecnológico no se frena, acelera con mayor velocidad y está a diez, veinte y hasta cien pasos delante de los organismos estatales que ven con preocupación distintas consecuencias nocivas contra las sociedades.
Los organismos europeos, sin ir más lejos, ya estudian cómo regularizar los sistemas de Inteligencia Artificial que están dominando el mercado, modelos similares al ChatGPT. De hecho, ya hubo reuniones importantes. El Consejo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea trabajan en conjunto para intentar que salgan a la luz algunas normativas para controlar el uso de la Inteligencia Artificial a nivel global, a pesar de que todavía no queda muy claro cómo y dónde pueden ser efectivas las posibles nuevas medidas.
Cómo y por qué se debería regular la Inteligencia Artificial
La pregunta no es nueva y ya circula desde hace tiempo en los despachos de cualquier organismo estatal del planeta: ¿cómo se puede regular el avance de las redes sociales y cómo, ahora, se puede regular la Inteligencia Artificial? Existen bosquejos de algunas posibles normas, pero ninguna termina de emerger con fuerza. Es más, ninguna cuenta siquiera con una aprobación de la mayoría.
Una preocupación clara es la aparición de la Inteligencia Artificial en el ámbito educativo. Está claro que su mayor presencia en las aulas obliga, de algún modo, a modificar un poco los métodos de enseñanza y aprendizaje. ¿Las academias se deben adaptar a la Inteligencia Artificial o se deben apartar en algunos casos?
Por un lado, con el avance de la tecnología, sobre todo con la extrema utilización de las redes sociales, la juventud comienza a perder la capacidad de comprender un texto, aumentan las ansiedades que afectan a la salud mental y todo parece que tiene que durar diez segundos o no vale nada. Los especialistas ya se preguntan “cómo se enseña en diez segundos y cómo se puede aprender en diez segundos”.
Por otro lado, las ventajas de la Inteligencia Artificial son evidentes, cuando son también bien utilizadas, pero dejarlas sin regularización puede volverse peligroso para las sociedades que se están formando. El debate ya comenzó y parece que será largo: ¿qué normativa deberían implementar los gobiernos en esta nueva era virtual?